Reflexiones
No, no te había olvidado, estaba más
pendiente de mi que de Ti, ese fue mi gran error,
me estaba alejando de tu Cruz
y te había escondido entre mis papeles,
mis reuniones, mis circunstancias, mis preocupaciones y Tú... estabas ahí,
entre todas mis cosas envuelto y sin hacerte notar.
Callado, observándome y lo más importante: esperándome.
Sonó el teléfono y me preguntaron:
¿Encontraste ya tu Cristo Roto?
Y según colgué, comencé a buscarte.
Retire libros, cacharros y papeles
y allí estabas Tú de nuevo.
Te pedí perdón por olvidarme de Ti,
te bese y te acurruque.
¿Cuánto tiempo llevas callado y esperándome?
Y sin reproches, sin preguntas
sin regañinas... aquí estás de nuevo.
¡No. No es así.! ¡Tú no te has ido nunca!
Tú has permanecido siempre a mi lado.
Estás aquí, como de costumbre, conmigo.
¡Cuanto debes quererme!
Mi Cristo Roto. Primera parte
¡ Merece la pena que lo veas!
¡ Feliz día!