miércoles, 3 de abril de 2013

Su Victoria

 
 
                                                 ¿Será verdad?
 
 
Sé que los hombres de buena fe, aquellos que no le conocen,
 los que dicen no conocerle, e incluso los que reniegan de Él
o simplemente le ignoran; aquellos que para hacer
más patente su intolerancia definen a la religión 
como "el opio del pueblo", incluso ellos, esos que tanto
se avergüenzan de decir: "Yo creo" (esto no está de moda).
Todos, incluso tú que estás pensando:
"Conmigo no va esto", todos, alguna vez nos hemos
 preguntado ¿Será verdad? 
 
Ellos fueron los primeros en dudar, sus discípulos
¿Y ahora qué? ¿Dónde está nuestro Maestro?
Las mujeres han venido les han dicho que Jesucristo
no está en el sepulcro. Alguno, incluso, se ha acercado 
al lugar para comprobarlo y lo han visto...y aún así
siguen preguntándose:¿Sería un profeta en vez del Mesías? 
Y siguen caminando hacía Emaús y entre ellos hablan y
discuten. Se acerca un hombre y realiza el camino junto
a ellos y cambian impresiones sobre lo sucedido estos
días atrás...No le reconocen. Y de nuevo se sientan 
a la mesa a cenar y Él partió el pan y dio la bendición
y desapareció.  Y es entonces cuando se dan cuenta
que era Jesús. ¡Si, era Jesús, quien camino con ellos
y quien de nuevo compartía el pan y daba la bendición!
 
 
¿Cómo no vamos a dudar nosotros que no le hemos visto?
 Dudamos y mucho y nos preguntamos una y mil veces
sí será verdad; y no nos damos cuenta que está aquí
al lado, nos acompaña a diario, unas veces con la cruz a
cuestas y otras haciéndonos el camino ameno. Unas veces
lleno de dolor y tristeza, y otras compartiendo las alegrías
y la felicidad. ¡Pero casi nunca le reconocemos! 
Somos como sus discípulos, está a nuestro lado y
no nos damos cuenta.
 
Estamos pasando por la vida, subiendo peldaño a peldaño
sin saber donde nos conduce la escalera, pero si vemos el
cielo.

Su Victoria será que, al subir el último escalón,
demos un paso firme y estemos convencidos que todo
Él era VERDAD.
 
 
 




 
      Un pensamiento: Cada día tiene un instante,
por el cual mereció vivir.







 Lucas 24,  13a.15-17a.19.b-32
 
 
 
<...¿No ardía nuestro corazón mientras nos
hablaba por el camino y nos
explicaba las Escrituras?>
 
 
                                           


      ¡Feliz día amigos!