sábado, 22 de junio de 2013

Dos patrones


<Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Vosotros no podéis servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero.
Por eso yo os  digo: No andéis preocupados por la vida con problemas de alimentos, ni por  el cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa?
Fijaos en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, vuestro Padre, las alimenta. ¿No valéis vosotros más que las aves?
¿Quién de vosotros, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura?
Y ¿por qué os preocupa tanto la ropa? Mirad cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen.
Pero yo os digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas.
Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por vosotros? ¡Qué poca fe tenéis!
No  andéis tan preocupados ni digáis: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos?
Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, vuestro Padre, sabe que necesitáis todo eso.
Por lo tanto, primero buscar su reino y su justicia, y se os dará también todas esas cosas.
No os preocupéis por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.>



 
¡Amar el dinero!, es lo que realmente se hace hoy día.
Por eso Jesucristo nos dice: No se pueden tener dos amos.
No se puede amar a Dios y al dinero a la vez. No es posible.
El dinero es necesario para subsistir, el amor de Dios
se necesita para vivir.
 
 
 
 



Un pensamiento: Mira siempre al horizonte y recuerda
 que la línea que ves, en realidad es una circunferencia.




                                    
                                                     Mateo 6, 24-34


<No os preocupéis por el día de mañana,
pues el mañana se preocupará por sí mismo.
 A cada día le bastan sus problemas.>


           

                                                 ¡Feliz día, amigos!