jueves, 10 de abril de 2014

Es nuestro Dios





Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.»
Los judíos le dijeron: «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?»
Jesús contestó: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.»
Los judíos le dijeron: «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?»
Jesús les dijo: «Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo.»
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo
.




   El destello


    Aunque el cielo no tenga ni una estrella
    y en la tierra no quede casi nada,
    si un destello fugaz queda de aquella
    que fue maravillosa llamarada,


    Me bastará el fervor con que destella,
    a pesar de su luz medio apagada,
    para encontrar la suspirada huella
    que conduce a la vida suspirada.


    Guiado por la luz que inmortaliza,
    desandaré mi noche y mi ceniza
    por el camino que una vez perdí,


    Hasta volver a ser, en este mundo
    devuelto al corazón en un segundo,
    el fuego que soñé, la luz que fui.


    Francisco Luis Bernárdez  

  
                                            ¡Feliz día amigos!