jueves, 15 de mayo de 2014

San Isidro




A San Isidro: Octavas


Túrbase el sol, su luz se eclipsa cuanta 

medroso esparce hasta el segundo oriente. 
El viento con suspiros se levanta; 
présaga España su desdicha siente: 
y en tanta confusión, en pena tanta  
Filipo al fatal golpe está obediente: 
¡Oh justo llanto, oh justo sentimiento! 
Tema España, el sol llore, gima el viento. 

Mas cese el sentimiento, cese el llanto, 
y en vez, España, de funesto luto,  
fiestas publica, que te ensalce cuanto 
te oprimió de los ojos el tributo; 
pues ya Madrid piadosa a Isidro santo 
vuelve a sus campos a coger el fruto 
que sembró de piedad y desengaños  
al fin dichoso de quinientos años. 

Ya más gloriosa con humilde celo 
vuelve, piadosa al Labrador divino, 
a ver el prado, el río, fuente y suelo, 
donde a la tierra y cielo abrió camino,  
porque de nuevo en ella olbligue al cielo, 
en tanto que su Rey sujeto es dino 
a su piedad, volviendo a su porfía 
Sol a España, al sol luz, a la luz día. 

Dichosa, insigne villa, y más dichosa  
cuanto por más piadosa te señalas, 
vuele tu fama al viento licenciosa; 
sirviendo a tu piedad de amor las alas, 
vive, ¡oh! más que la muerte poderosa, 
pues no sólo el arado al cetro igualas,  
pero aun exceden por divinas leyes 
tus pobres labradores a tus reyes. 


Calderón de la Barca






¡Feliz día de vuestro santo!