domingo, 20 de abril de 2014

¡Aleluya, aleluya!



Evangelio según San Juan

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.





                               ¡Jesucristo resucito!

La cruz está sola y el sepulcro vacio. 
Jesucristo ha resucitado. 
En la cruz ha portado todos 
y cada uno de nuestros pecados. 
Por ellos murió.
 Hoy ha resucitado para abrirnos 
las puertas del cielo. 
¡Aleluya, aleluya!




¡Feliz Pascua de Resurrección!